




Construida en los treinta del siglo XX por prisioneros de guerra paraguayos, la carretera Nor Yungas de Bolivia fue alguna vez la única vía para ir de La Paz a Coroico. Los conductores vertían licor en sus llantas para aplacar a la diosa Pachamama y mascaban hojas de coca para permanecer alertas. Pero las oraciones no obtenían respuesta; las cruces señalan las salientes de acantilados donde cientos han perecido.
El peor accidente: el choque en 1983 de un camión de carga que llevaba a decenas de personas. Casi todos murieron. Desde 2006, una nueva carretera ofrece una ruta segura. El camino viejo atrae ahora más que nada a ciclistas y a turistas, pero sigue siendo inseguro, y han muerto varios velocipedistas este año.
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