Camisetas que imitan de forma burda a la marca de moda, gafas de sol que parecen auténticas pero pueden dañar la vista, muñecos made in China sin medidas de seguridad para los niños o películas que llegan antes a la calle que a los videoclubs.
Todos estos artículos forman parte del día a día de los policías y guardias civiles dedicados a investigar falsificaciones y copias pirata. Durante el año pasado, los agentes realizaron 1.155 intervenciones en Madrid por delitos contra la propiedad industrial e intelectual, según los ministerios de Interior, de Industria y de Cultura. Esta cifra supone el 25,2% de todas las operaciones antipiratería efectuadas en España, lo que coloca a la región a la cabeza en este tipo de delitos.
En todas esas operaciones se incautaron más de 1,3 millones de objetos, que tenían un valor en el mercado cercano a los 110 millones de euros. Además, los agentes detuvieron a unas 1.300 personas, y todo ello, sin contar las intervenciones realizadas por los cuerpos de Policía Local de los municipios.
Un 14% más por la crisis
El mercado negro vinculado a las imitaciones y falsificaciones movió en 2009 un 13,6% más de dinero que el año anterior, lo que demuestra que "la crisis económica ha potenciado la piratería", según el director de la Oficina de Patentes del Ministerio de Industria, Alberto Casado.
El sector del juguete es el más perjudicado por los fraudes: el 32,3% de los artículos incautados imitaban productos de marcas infantiles. De hecho, la última gran operación contra las falsificaciones en la región (hace dos semanas) acabó con la desarticulación de una banda de origen asiático que almacenaba juguetes en polígonos de Fuenlabrada y Pinto para distribuirlos por bazares chinos.
A continuación, los falsificadores se ceban con el mercado de la marroquinería, textil y complementos (el 10,9% de los objetos incautados), con el material informático (7,8%), las películas (7,7%) y la música (7,2%).
La cara más visible del fenómeno de la piratería son los manteros, que venden copias ilegales en la calle. Sin embargo, ellos son sólo el último eslabón de una cadena más amplia: los vendedores ambulantes sólo están implicados en el 2,4% de las operaciones antipiratería. "En este combate es necesario detener a los verdaderos culpables", asegura el subdirector de Propiedad Intelectual (del Ministerio de Cultura), Carlos Guervos. El 51,3% de las intervenciones se desarrollaron en fábricas o almacenes, y el 25,8%, en comercios.
Un largo camino de China al bazar
Los artículos falsos suelen acabar vendiéndose en mercadillos, bazares y tiendas regentadas por asiáticos. Pero antes de llegar allí recorren un largo camino. La mayoría de estos productos se fabrican en China (principalmente con mano de obra infantil o sometida a explotación) y se exportan a España de forma clandestina. Después se distribuyen por los comercios y puestos de venta ambulante mediante redes ilegales, según la Unidad de Drogas y Crimen
Organizado de la Policía Nacional.
Fuente:www.20minutos.es/
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