miércoles, 29 de septiembre de 2010

Unos consejitos especiales.

Las Mejores Caricias.
La boca.
Los labios y la lengua son los dos instrumentos más sabios de la sexualidad humana. La boca analiza la intención de los estímulos, los recoge y a la vez responde a ellos.
 Las orejas.
Para empezar no hay nada mejor que estimular las orejas. Suaves roces con las manos o los dedos, tiernos o mal intencionado besos, astutos recorridos con la lengua, son más que suficientes para encender las calderas y marcar en la piel el deseo.
 El cuello.
Sea fino como de cisne o grueso como de toro, el cuello también toca las alarmas sexuales. Palpando con cautela, acariciando suave o con un suave mordisco nunca se defrauda en este sector.
 La región mamaria y tetillas.
Por esencia es erógena de la mujer y envía mensajes sexuales constantemente. Los pezones son receptores en extremo sensibles. Y no sólo la manipulación es suficiente: los labios y la lengua cobran en este punto categoría de artesanos del placer y hay que emplearlos a fondo. En el hombre las tetillas conforman un apreciable sector del erotismo masculino, estimulable por vía oral.
La espalda.
No siempre incluida, la espalda es una importante posibilidad erógena. Buscando con paciencia, retozando o pellizcando, siempre se encuentran respuestas asombrosas.
 La vulva y el pene.
Es el asiento principal de la sensualidad femenina. La vulva, que es lo que los técnicos conocen como "genitales externos", se compone de los grandes labios, los pequeños labios, el clítoris y la entrada de la vagina. Es territorio erógeno por excelencia. El pene y las bolsas constituyen la zona erógena primordial de la masculinidad.
El canal vaginal.
Algunas mujeres son muy sensibles en esta región. La penetración de dedos, penes u otros sustitutos, las lleva a los deleites de la excitación y, eventualmente, al orgasmo.
 Los muslos.
También son erógenos, particularmente en sus caras superior e interna.
 Las rodillas y pantorrillas.
Algunas personas se excitan con gran facilidad cuando se les presiona en las rodillas o zonas vecinas.
 El ano.
Estimulado convenientemente con caricias, tocamientos, penetraciones, ayuda principalmente a la excitación y, aún, al orgasmo.
Fuente:www.intimidad.3a2.com/

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